SUEÑOS

Todo empezó cuando tras dos meses y medio de lluvia ininterrumpida, afeitándose frente al espejo, se vio una branquia... La mutación completa dio con él en aguas del Golfo Pérsico, ¡echaba de menos tantas cosas! Su retorno a ser humano, tuvo lugar en la consulta de un afamado psiquiatra, que tras largas y carísimas sesiones, por fin le había dado de alta en el trabajo y de baja en la cuenta bancaria.

Qué alivio comprobar, tras ver la hermosa luz de la mañana y un tímido rayo de sol, abriéndose hueco entre las cortinas del balcón de su dormitorio, que todo había sido un sueño...

De nuevo estaba allí - ¡que alguien me pellizque!- en aquella consulta en semipenumbra, con el mismo olor a papel y a fármacos, tumbado sobre el diván...

- A ver, Fernando, ¿qué le ocurre a usted ahora?
Me incorporé lentamente y con la mirada perdida y la voz entrecortada respondí:
- En ocasiones veo ordenadores portátiles...