Parecen idénticas la foto de junio del 2010 y esta, ¿verdad? Sin embargo ha transcurrido un año y, como decía Alberto, han pasado tantas cosas... En la anterior sabíamos que, tras el verano, nos volveríamos a encontrar y cada uno ocuparía rápidamente su puesto, como en casa... Ahora, cuando acaben las vacaciones, mucha será la incertidumbre para vosotros y para mí. Yo tendré aula nueva, nuevo nivel, distintos niños, sin ordenador, sin pizarra digital y no digamos sin Gustavo, ni Paqui, ni Lupe, ni Pilar, ni Lourdes...
Así es la vida, pero como no me quiero poner triste porque a punto estuvimos de provocar una riada en nuestra última mañana de curso, en el teatro, en el viaje...os voy a contar una anécdota (otra más).Ya sabéis que yo no tengo tuenti (ni falta que me hace), pero una amiga-compañera-hermana, que sí lo tiene me dijo: Fer, ¿quieres ver una cosa en el tuenti de una alumna tuya? ("ejem ejem", ya sabéis qué significa esto cuando yo emito tal onomatopeya). No sé por qué pensé que era algo que no me iba a gustar, pero como el ser humano es maravilloso y curioso por igual, fui rápidamente a la pantalla y había un texto colgado en "el muro". Me puse a leerlo y, de nuevo y sin poder evitarlo, se me llenaron los ojos de ese líquido salado conocido en los ambientes como "lágrimas". Las palabras de esa niña hacia mí eran de mucho mucho cariño, pero lo que más me gustó, es que había captado perfectamente en estos dos años, todo lo que yo había querido poner en vosotros. Si eso lo he conseguido en todos, puedo sentirme el maestro más feliz de las Españas. Por cierto, la alumna era Laura, a quien tanto quiero, como a todos y a cada uno de vosotros.
Este blog tendrá a partir de septiembre nuevos inquilinos, pero siempre podréis volver a él, es decir, a vuestra casa.
Os quiero mucho y os deseo lo mejor en el futuro. Hasta siempre. Vuestro maestro, Fernando.