El tópico de que “el tiempo pasa volando” es una verdad como una casa. Y basta con echar la vista atrás en este blog y ver cómo arrancaba allá por el mes de noviembre y la cantidad de cosas que hemos hecho y que han ocurrido y sin embargo, parece que fue ayer cuando comenzó esta historia…
Ayer, cuando aún con los ojos húmedos de la despedida de mi instituto, me plantaba en el patio y veía cuál era mi fila, la que iba a ser mía, si Dios lo quiere, durante dos años. Allí vi rostros que, como el mío, reflejaban duda, curiosidad y no diremos miedo, pero sí respeto a lo desconocido. Una vez arriba, en clase, -al menos para mí-se fueron disipando las dudas y vi que el grupo que me habían asignado, podía llenarme de satisfacción como profesor y también, como ser humano.
Y no me equivoqué. Durante estos nueve meses os fui conociendo, enseñando y queriendo. Hemos trabajado duro, aprendido todos, sufrido pocas veces y reído a carcajadas.
Nos queda otro curso para el que ya tengo muchas ideas que, seguro, vuestro ímpetu e ilusión recibirán con los brazos abiertos.
Pero ahora toca descansar, os estaré esperando en septiembre aquí en el blog y en el patio…¡en la fila de 6º! Olvidaros del colegio durante un tiempo, pero nunca de que yo también ¡OS QUIEROOOOOOOOOO!